domingo, 24 de noviembre de 2013

Para los que les puede el desánimo en estos días del otoño...


Aquel día se levantó con el ánimo por los suelos. Uno de los compañeros de litera había pasado la noche roncando y el mismo notaba mucho calor en la cara; tenía un examen a las 12, después del recreo y no se veía con ánimos para hacerlo…pero tampoco tenía forma de eludirlo salvo que... Después de desayunar y antes de subir a clase pasó por la enfermería reforzando sus síntomas de malestar: entró dando tumbos, casi se desmaya en brazos de D. Primitivo quien de inmediato decidió ingresarle hasta que llegase el Dr. Fombellida; aquellos síntomas podían ser de una gripe, pero también del conocido mal de Hufftinton-Bellota y se precisaba de un diagnóstico más fino, que solo podía hacer el doctor. A las 11, puntual como era de rigor llegó el Dr Fombellida y recomendó una serie de pruebas analíticas que hacían necesario su ingreso al menos por 24 horas… Tras subir a su habitación a por el pijama bajo a la enfermería, se metió en la cama y se quedó plácidamente dormido hasta que, dos horas después, le despertó una voz conocida...Gabriel… Gabriel… que "el Bellota" ha aplazado el examen hasta la semana que viene… Y súbditamente desaparecieron los graves síntomas del mal de H-B: le bajó la fiebre, dejó de toser, le entró un hambre canina y pidió el alta voluntaria, dejando perplejo al padre Primitivo que no sabía a qué santo encomendar el milagro. Tendría que ser a santo Domingo Savio, así con “v”, porque para torpes con "b" ya estábamos todos los demás.
Un abrazo

Basilio

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