Aquel día se levantó con el ánimo por los suelos. Uno de los compañeros de litera había pasado la noche roncando y el mismo notaba mucho calor en la cara; tenía un examen a las 12, después del recreo y no se veía con ánimos para hacerlo…pero tampoco tenía forma de eludirlo salvo que... Después de desayunar y antes de subir a clase pasó por la enfermería reforzando sus síntomas de malestar: entró dando tumbos, casi se desmaya en brazos de D. Primitivo quien de inmediato decidió ingresarle hasta que llegase el Dr. Fombellida; aquellos síntomas podían ser de una gripe, pero también del conocido mal de Hufftinton-Bellota y se precisaba de un diagnóstico más fino, que solo podía hacer el doctor. A las 11, puntual como era de rigor llegó el Dr Fombellida y recomendó una serie de pruebas analíticas que hacían necesario su ingreso al menos por 24 horas… Tras subir a su habitación a por el pijama bajo a la enfermería, se metió en la cama y se quedó plácidamente dormido hasta que, dos horas después, le despertó una voz conocida...Gabriel… Gabriel… que "el Bellota" ha aplazado el examen hasta la semana que viene… Y súbditamente desaparecieron los graves síntomas del mal de H-B: le bajó la fiebre, dejó de toser, le entró un hambre canina y pidió el alta voluntaria, dejando perplejo al padre Primitivo que no sabía a qué santo encomendar el milagro. Tendría que ser a santo Domingo Savio, así con “v”, porque para torpes con "b" ya estábamos todos los demás.
Un abrazo
Basilio
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