martes, 8 de octubre de 2013

La charca...

XXXVI CUENTOS CASI VERDARDEROS II: LA CHARCA DE LA CIUDAD VERTICAL O COMO MULTIPLICAR POR TRES UN CERO


Pocas cosas en la ciudad vertical rompían la monotonía; algunas veces eran los llantos de talonario, por desgarro de puntos, otras los pitos y palmas de D. Félix, otras que Frechilla metía algún gol, pero aquel día se rompió también en una clase de ciencias naturales; una clase en la que andábamos enredados con la desdichada vida de los protozoos, anfibios invertebrados y descerebrados del mundo en general. Eran las 17,05 de la tarde y el profesor de ciencias, con aquel acento galaico-portugués tan característico, capaz de cambiar la fonética de los apellidos, pasó el dedo por la lista de clase para detenerse en mi fotografía y leer mi nombre en ucraniano: vamos a ver Basil-lioch, ….¿cómo es la vida en una charca?...¡eh¡… Si en una charca, ha oído bien. Tras unos segundos de reflexión y no encontrando nada en mi limitada base de datos por Charca…se me ocurrió decir ¡húmeda!... ud cree que la vida en una charca es HUMEDA, bramó el Neria…se está ud riendo de mí. Le voy a poner un cero por no saberlo y un cero por burlarse del profesor…SIENTESE. 
A ver , el siguiente. Y el siguiente por la derecha era un polaco llamado Hernánkdech Makhrtinech…¿cómo es la vida en una charca? Y el polaco que era muy deductivo a la par que intuitivo, seguro que pensó que si a mí me habían dado un cero por decir húmeda, si decía lo contrario le darían un 10; y ni corto ni perezoso, aunque con un leve titubeo, se atrevió a decir, casi preguntando …¿SECA….? 
¡Esto es el colmo!. Le voy a poner tres ceros: uno por no saberlo, otro por reírse de mí y otro por querer ser más listo que su compañero ucraniano, que era yo, en aquella tarde de finales de octubre, con lluvia tras los cristales y el miedo sometido bajo la tapa de nuestro viejo pupitre marrón.

Saludos

Basilio





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