miércoles, 8 de septiembre de 2010

Miografía de cinco daños y un día (1ª parte)



Todo empezó con que según mi madre "Su Gabi había ganado una beca" y según el resto del mundo "me habían dado una beca"
THE LONG AND WINDIND ROAD

Llegamos a la estación de Atocha en el taxi de mi tio Martín, rodeando cinco autocares pequeños grupos de padres y madres rodeaban a otros infelices púberes con la misma cara de susto que yo que, a base de achuchones y besos, casi querían subirse al Autores como mal menor. El !!Pórtate como un hombre hijo¡¡¡¡ - Come, estudia y escribe, sobre todo escribe Gabi¡¡¡ fueron las últimas palabras.
Me senté al lado de un chaval, mucho mas espabilado que yo, que venia de Cuenca que imitaba a las gallinas y que resulto ser un campeón en el difícil arte de lanzar salivazos con precisión de máuser.
Cada vez que vea Clint Eastwood escupir al perro me acuerdo del copón.
Arrancamos y todavía no era consciente de lo que iba a suceder y como cambiaria mi vida ese largo y tortuoso camino a Zamora (Yo a esas fechas no había salido de la provincia de Madrid y casi ni del limite de la tarifa normal de los taxis).
EL SENTIDO DE LA VIDA ES CRUZAR FRONTERAS
No se si con sentido o sin sentido pero cuando se cerro la puerta del autoRes yo cruce una frontera. No llore hasta Guadarrama y mientras roía el bocata de jamón que me había preparado mi madre y que iba envuelto en una hoja del diario Pueblo como dios manda. La ternura que refería: El conquense me dijo que a el le había pasado lo mismo nada mas salir de Cuenca.
Un enorme edificio rojo engullía parvos con la misma velocidad que los autocares los escupían.
Quiero pero no recuerdo mucho más de la llegada por lo que obvio los comentarios.
SPRING, SUMMER, WINTER AND FALL
A partir de ese momento mi vida quedo regulada por las estaciones y por el megáfono de D. Félix. Nos incorporábamos en otoño (bajas y caras nuevas), vacaciones, invierno, vacaciones, primavera y todo un verano.......
DUST IN THE WIND
La primera manifestación del otoño en Zamora eran unas tormentas de arena de tres pares de  “cuyons” y que hacían llorar a Blay como un penitente. En el patio terminabas jugando contra tu porte ria ó aprovechando para patear a Dela. La arcilla se clavaba como alfileres en la piel y con los ojos enrojecidos parecíamos del Afrika Corp.
 Continuará...
                              Gabriel

1 comentario:

jra dijo...

Una descrición con la que me siento identificado, solo que yo no oi elmegaqfono de dd felix ya que llegue a la 3 de la madrugada

Josep Roca
3-4 del curso 68-69