domingo, 26 de octubre de 2008

Reminiscencias del pasado. Capítulo XIX


Mi primera sacudida de odio llegó una mañana cualquiera, de un día cualquiera. No llevaba en el centro ni un mes. Ignoraba que hubiera un chico de un pueblo cercano al mío; su padre amigo del mío. Resulta que él llevaba en la Uni vieja casi un mes, esperando a que terminasen las obras del Rey Fernando para incorporarse, ya que hubo una primera expedición que salió antes que la mayoría y la alojaron en el Don Bosco.

En la primera carta que recibí de casa me informaban que había un chico llamado Andrés; él estaba un curso por debajo de mí y por eso no tenía yo constancia de su existencia, ya que ocupábamos espacios diferentes según el curso al que pertenecías. No me fue difícil dar con él y desde el primer momento sintonizamos y cada vez que podíamos nos buscábamos para estar juntos y hablar de nuestras gentes; Nos hicimos inseparables, siempre con las limitaciones de estar en cursos distintos; Compartíamos espacios comunes: cafetería, sala de juegos, sala de televisión, patios… y naturalmente, la capilla.

No hay comentarios: