jueves, 19 de junio de 2008

Reminiscencias del pasado. Capítulo XVI

Curso 2º C (año 1966 - 67)
Los primeros días fueron de toma de contacto. Los recordaré años más tarde cuando llegué al campamento de Campo Soto en San Fernando (Cádiz) para cumplir con mi "obligación patriótica" y la historia se repitió. Cada uno tenía que saber a qué curso le había tocado; pertenecer a un grupo te hace más grande; ya no eres tú, ya eres también lo que te rodea; a mí me tocó 2º C por haber elegido como idioma francés y un tutor que era más largo que un espárrago “subío”; su nombre era Luís; perdón, don Luís. Siempre metido en su sotana que no le impedía dar aquellas largas zancadas que por Zamora nos llevaba asfixiados los domingos después de comer y antes del esperado cine. En dos horas de paseo la dábamos varias vueltas a la ciudad. “Zamora no se ganó en una hora, pero nosotros la recorríamos en media”

Eran tiempos para recibir los materiales que papá “Régimen” nos regalaba: ropa, calzado, material escolar… socializar en la igualdad; todos iguales para no pensar en otra posibilidad. Eran tiempos de colas, de esperas, de tomas de contacto, de conocer lo que sería nuestra “casa” en lo sucesivo. Salas de recreo, campos de fútbol, “Uni vieja”, campos de deportes… ¿Y tú, cómo te llamas? ¿De dónde vienes?, etc.

Recuerdo que era por la tarde de un día otoñal cuando nos llevaron a conocer los campos de deportes. Al contemplar el campo de fútbol grande de hierba todos como embrujados por la imagen tan hermosa, nos fuimos como cabras locas al césped a revolcarnos, tal vez recordando los prados verdes de nuestros pueblos… Era una verdadera fiesta infantil y tan absortos estábamos que no nos dimos cuenta de que nuestra acción provocó una reacción en cadena por parte de los ángeles negros, con espadas de fuego, vociferando y hasta creo que maldiciendo, dando palos a diestro y siniestro y nosotros… ¡sálvese quien pueda…! Aquella acción fue traumática y nos enseñó lo que nos esperaría en adelante cuando se tomaran iniciativas propias. Aquello me enseñó a no bajar la guardia desde entonces y allí donde estuviera, cabría la posibilidad de que apareciera un “lobo” para atacar a los indefensos corderitos.

Todo era maravilloso desde el punto de vista de medios con los que contábamos, pero había que tenerlos siempre en perfecto estado de revista para las posibles visitas de inspección. ¿Alguien se bañó alguna vez en la hermosa piscina?

Dedicada al curso de 2º C con todo mi cariño

No hay comentarios: