Escrito por nuestro compañero José Retortillo
No sé por qué me apetece empezar con estos versos que improviso sobre la marcha, pero me parece que vienen al pelo. Cuando leía el artículo sobre los 25 años que se cumplían desde que los Salesianos habían abandonado la ULZ, y veía que el que escribe dicho artículo lo hace con cierto cariño y hasta añoranza, me iba a mí transmitiendo un orgullo mayor, si cabe, porque, al hablar de la huelga y de la obra de teatro, como "hitos" en la historia de la Laboral, me acordé de que los primeros que tuvieron la valentía (no se puede calificar con otro término, teniendo en cuenta nuestra situación) y no la osadía, de realizar la primera huelga de hambre fuimos nosotros. Cada uno tendremos nuestro recuerdo, yo tengo el mío. Y espero que Ángel, "el peque" me haya perdonado, pues le veo enfrente de mí en la mesa del comedor (no sé quiénes eran los otros compañeros) con unas ganas enormes de empezar a comer y yo con mi mala leche habitual, supongo, le quité las ganas supongo que diciéndole algo así como "te vas a enterar como comas". De las consecuencias, mejor no hablar. Pero aprendí algo, y es que nunca se debe fallar al amigo y nunca las ideas deben estar por encima de la amistad.
También respecto al teatro, debo decir que los primeros que representaron en la Laboral una obra de teatro prohibida fuimos nosotros, los alumnos del "famoso" COU, como me dijo un cura que no conocía una vez que me dejé caer por allí a ver a Don Eduardo María Ortiz, al que vosotros quizás no recordéis bien, y que no era otra que "Escuadra hacia la muerte" de Alfonso Sastre y de la que envío breve reseña aparecida en el periódico de Zamora y de la que "me tuve" que encargar de dirigir después de que nos enfadáramos con Julio Parrilla (o debería decir el señor Obispo) pues fue él quien nos dio a conocer dicha obra y quien hizo que todos los que decidimos aprendernos el papel que yo (a mi modo de ver) fui atribuyendo a cada uno de los componentes (debo decir ahora que ha pasado el tiempo que me reservé el que más me gustaba y que sé que a Chucho también le gustaba) disfrutáramos ensayando y representándola a pesar de los "duendecillos" que casi nos echa por tierra todo el trabajo de tantos días, pero (siempre se lo he agradecido cuando estaba entre nosotros y ahora que ya no está) gracias a Jose María, "El guapochicago", que era un manitas con la electricidad, salimos del trance con éxito.
También envío la entrevista que después del festival que se celebró en nuestro pabellón, envié al Correo de Zamora. Me ayudaron (es un decir, pues me hicieron eliminar más de la mitad de la crónica porque según ellos no me la iban a publicar) Chucho Navas , Pajares y Quico. No sé si alguien más, ya se me olvidan las cosas (hay que tener en cuenta que soy bastante mayor que vosotros). Nos reímos mucho, de eso sí que me acuerdo, como siempre por otro lado, pues el recuerdo que mejor guardo de la universidad es el buen humor que nos envolvía. Como ya dije en otra ocasión, Ayala falsifica los datos biográficos de Ángel Vilda y los suyos, pero que él cargue con la responsabilidad histórica de dicho documento. Estuvimos hasta muy tarde y ya de madrugada la llevamos al periódico.
Y sin hacer aquí referencia (pues a mí no me corresponde) a todos los compañeros que nos inculcaron (a mí también) unos ideales de los que estábamos cerca en el corazón pero quizá un poco lejos en la realidad. Sin esa "escuela" no seríamos quizá lo que somos o por lo menos "cómo somos". ¡Cómo no vamos a estar orgullosos de nosotros mismos!
Un abrazo. Jose Retortillo.
Artículo aparecido en el Correo de Zamora sobre la obra "Escuadra hacia la muerte"
Resulta, difícil destacar a uno siquiera de los componentes del reparto porque, generalizando, puede asegurarse que todos rayaron a la misma altura. Ninguno sobresalió en su quehacer por encina o por debajo de los demás, y si hubo quien sufrió retrasos o titubeos de entrada en los parlamentos, tales nimiedades quedan compensadas con creces gracias a una desenvuelta expresividad fuera de lo común.
He aquí las nombres de esta homogénea agrupación artística que llegaba al estrado bien preparada: Ramón Fernández, Luís Pérez, Jesús Ramón Navas, Julio Pajares, José Retortillo y José Antonio de la Fuente y A. Casas.
Como de costumbre hizo la presentación de los grupos don Miguel Villafranca.
M.R.
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