miércoles, 21 de abril de 2010

Feria de abril en Sevilla


 La portada está inspirada en el primer vuelo desde Tablada, hace 100 años
Feria de contrastes, para que nadie sucumba a la monotonía, quizás el motivo secreto, innombrable de que la gente se invente evasiones e invasiones para huir del más de lo mismo. O igual se lo inventa para descubrir con el fin de fiesta el encanto incomparable de la machadiana monotonía en los cristales. La Feria es sin duda más de Manuel que de Antonio y forma parte del campo de estudio del padre de ambos, el simpar Demófilo que murió en Triana.
La portada es tan espectacular que forma una sombra importante. Escenario de improvisadas quedadas. En la Feria no hay problema de alojamiento. La gente come, bebe, habla y se va hasta otro día.
El sol también hace más vistoso el paseo de caballos. Algunos cocheros captan clientes. Uno de los más jóvenes se baja del carruaje y le deja un encargo a su colega. "Cuida de mi Soraya, que no puedo más". Micción casi imposible. Eso sí que son servicios mínimos. Soraya, obviamente, es el nombre de su hermoso caballo.

El paseo de caballos invade con el alegre son de sus cascabeles las horas vespertinas de un día de Feria que, como el clavel, acaba de lo más reventón. La noche es larga en la ciudad efímera de la fiesta y la diversión.

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