Y aquello eran los recreos, nuestros recreos; pautas programadas antes de casi todo o entre casi todo o después de casi todo; recreos dolorosos entre clases, recreos expectantes en los días festivos, hambrientos, rutinarios, desganados…en general; miles de recreos, adolescencia de recreos en aquel tiempo gris, tiempo de mutualidades laborales, de efectos postales y un solo teléfono anclado a la pared del hall, que durante tantos años contemplamos sin verle utilidad, porque nada había en el otro lado para comunicarse con nosotros, de líneas de ida sin vuelta; en aquel tiempo de recreos tan poco proclive a recrearse, tiempo de sala de televisión amueblada con duras sillas grises de formica donde vimos, seguro, comiendo pipas, algún tedioso partido de fútbol en las aburridas tardes de los domingos de nuestros catorce años. Más de cuatro décadas después… de nuestros añorados recreos de los catorce años.
Basilio
No hay comentarios:
Publicar un comentario