domingo, 16 de noviembre de 2008

El bautismo del miedo


Carta escrita en Barcelona el 6 de mayo de 2001

La solidaridad por encima de todo.

Convendría en que los hechos acaecieron cuando cursábamos quinto. Ese prodigioso quinto curso de bachiller que según parece tanto dio de sí.

La concurrencia a los comedores siempre era precedida de la formación de filas en el patio frente al ala izquierda del edificio. Subíamos pausadamente por la escalera interior hasta los dos comedores. Ambos era similares salvo en la situación geográfica: derecha e izquierda del rascacielos de siete pisos que se elevaba firme y rígidamente hacia el cielo, ese cielo zamorano, pintado de azul turquesa con alguna pincelada blanca para romper la monotonía. No tiene semblanza. Igual que los anocheceres del mes de junio contemplados desde las ventanas interiores del comedor del ala izquierda en plena gritería de la cena. Los botes de Cola Cao maternos, colocados en la repisas de las ventanas, estorbaban la visión del crepúsculo que se combinaba todas las gamas de rojizos y azules enmarañando figuras que rompían el tiempo. Eran los días previos a los exámenes de reválida. Retornados a su casa los de cursos inferiores, éramos los privilegiados que gozaban en solitario del total de instalaciones, la relajación parcial de la disciplina y, sobretodo, la ilusión por el próximo verano.

Todo ello se traducía en una excitación tan sólo comparable a la que exhibíamos los días de lluvia.

Continuará...

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