martes, 13 de mayo de 2008

Espistolarios de Carlos I

Escrita en Barcelona el 25 de marzo de 2001.

Mis Queridos ULZ:

Vuelvo a hundirme en el abismo del pasado…Era nuestro segundo o tercer curso en el San Fernando, posiblemente en el año sesenta y ocho. Estos datos son los únicos que no soy capaz concretar. El resto me ha dejado una huella, que no he querido, ni quiero borrar. Quizás el hecho no tuvo tanta importancia como la edad en que lo vivimos. Jugad vosotros mismos.

Estoy seguro que muchos recordareis lo que voy a explicaros.

Comedores del ala izquierda del edificio. Tras el ágape las reiteradas oraciones de agradecimiento "Bendice, Señor, los alimentos que acabamos de tomar para mantenernos en vuestro Santo Servicio...". ¡Santo Servicio!. En aquella ocasión tan sólo era un santo servicio que el “Fhurer”, D. Félix, tuvo los honores de ofrecernos. Era una ocasión especial por lo que descendió de los altares para verternos, vomitarnos, sus palabras con ese tono hipocritopiadoso.

Y entonces dijo:

- Os acordáis de vuestro compañero Qu............ - me abstengo de decir el, nombre por posible error - se comportó, mal, perdió los puntos y tuvo que volver a su casa, - que no es lo mismo que fue expulsado. Observad la sutileza. Los culpables siempre son los otros. Por principios. Y el “Fhurer” prosiguió.

-En su casa no tenían dinero - entiéndase "pobres de mierda", intención velada que se desprendía de sus palabras, - y tuvo que trabajar en la construcción. Hace dos días cayó por segundo piso y ha fallecido - . "Pobre desgraciado" hubiera añadido con gusto, pero las formas se imponían.

El hermano de este chaval, - cuyo último pecado fue bajar deslizándose por la barandilla sin tocar con los pies la escalera, y le supuso la retirada de los 3 ó 10 últimos puntos y la expulsión -, permaneció varios años en nuestro curso.

Y por deducción la moraleja para D. Félix era evidente:

- Tenéis que portaros bien, para que no os pase lo mismo - Tono contenido, amenazante y, a la vez, paternalista. Difícil cóctel. Hipocresía patente. Vosotros, -Lectura real: becarios miserables - que estáis estudiando con becas - gracias a un gobierno misericordioso - y debéis conservarlas, porque sino...- Trataba de convencemos, de asustarnos me atrevería a decir. Expulsión, falta de recursos y muerte. - si os portáis mal os mataréis en obra como peones de paleta, bla, bla, bla,...

Mi imaginación ha recreado y hasta exagerado la escena. Posiblemente cualquier parecido con la realidad es casual, pero la recuerdo aproximadamente así. El impacto que me causó no lo he olvidado en estos treinta años. No hay rencor. Pobre D. Félix, desvestido de su poder. En estos momentos, entrado en años, sin aquella déspota campanilla y sin la imagen opresora de “caudillo salesiano”. Seguro que lamentaría haber actuado así. Echarle en cara estos lodos nos avergonzaría a ambos.

¡Ah! También recuerdo que nos hablaba de una hoja en blanco, calificada de diez, que mermaba dicha calificación según se iba escribiendo… Pero eso es otra “historia”.

No guardo rencor por el pasado: Guardo en mi recuerdo más alegrías que tristezas, de ahí mi satisfacción y entusiasmo por nuestro próximo encuentro. Pero olvidar no es perdonar. Se perdona lo que todavía se recuerda y recordando evitas que otros lo sufran.

Os invito a escribir vuestras anécdotas, recuerdos… Yo he rememorado cosas que…

“Y na más, que seré breve pa no cansá”

Carlos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Amigo Salvador, te felicito por tu acertada iniciativa. Creo que el
blog será un punto de encuentro virtual idóneo. Yo tengo algunas fotos
que te podría enviar, pero creo que ya las tendrás, porque fueron
recopiladas en un CD que se hizo con motivo de la 1ª reunión.