Tiempo de adviento, si, de crónicas y mal disimuladas penurias familiares en el arranque del desarrollismo español, de apresuradas compras de reyes que siempre consistían en una pistola de plástico de color plateado y con un poco de suerte con funda y pistones para hacer ruido; tiempo, ay, de emigración, de vidas de suburbio, al borde del desarraigo, de paga laboral semanal en sobre amarillo, de gracias señor, a mandar señor… ¿vuelvo el Lunes?... y en medio la navidad ay, aquella navidad…en la que desembarcábamos casi sin anestesia para conocer, ahora de primera mano, que había fallecido la tía nuestra tía, siempre nuestra tía…para participar en dos apresuradas semanas de la vida familiar, efímera, esperando o desesperando por la vuelta a Zamora, a estudiar a Zamora.. aquella Zamora, ahora maldita Zamora… ¡que hacía yo en Zamora¡
Ahora, contemplada ya desde tanta distancia, por no decir tantos años, he de reconocer que el tiempo de la navidad siempre me resultó extremadamente equívoco a fuer de triste; nos hacía vivir una breve ficción, desconcertados, en la que cambiábamos, la vida predecible intramuros, por una breve y canalla singladura, alternando tardes de cine en ByN tras la carta de ajuste, en aquella flamante TV Philips recién llegada a casa, o interminables sesiones de las salas de cine del barrio, de programa doble, partidas de billar o futbolín y más tarde el merodeo a las puertas de aquellas viejas y horteras discotecas donde.. pero mira como beben los peces en el río, pero mira como beben, acudíamos tras la misa, de precepto dominical, seguida al inevitable ritmo del ande, ande, ande, la marimorena ande, ande, ande que es la nochebuena, en el que también nos reeducaban aquellas viejas radios Iberia, entre el anuncio de colacao, el serial de Matilde Perico y Periquín, un nuevo anuncio de los zapatos Segarra, la novela de media tarde, y el parte…siempre el parte….¡que alegría!... Veinticinco de Diciembre, fum, fum, fum. Veinticinco de Diciembre, fum, fum, fum.
Abandono por un momento los recuerdos que anticipaban mi más inmediato futuro en las dos próximas semanas y limpio la ventana del vaho acumulado después de 4 horas de viaje en aquél viejo autocar Setra-Seida al que había que animar: arre borriquito, arre burro arre, anda más deprisa que llegamos tarde…. para comprobar que, por fin,…ole ole Holanda, Holanda, olé, Holanda ya se ve.. ya se ve..ya se ve.
Valladolid
Diciembre 2010
Diciembre 2010
Basilio
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